Como medida tendiente a garantizar sus derechos de acreedores privilegiados, la cooperativa toma la empresa. La usurpación no es tal técnicamente, dado que los trabajadores permanecen dentro del establecimiento en el marco de un grave conflicto laboral en defensa de las fuentes de trabajo y reclamando por sus indemnizaciones. Además, el ocupamiento se hizo sin violentar, sin dañar, sin roturas sobre la propiedad, lo cual fue constatado por una escribana pública.
La sindicatura hizo la denuncia de ocupación como usurpación, violación de domicilio. Sin embargo, el fiscal a cargo definió que la situación de los trabajadores de CIVE no encuadra en ningún tipo delictivo.
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Los trabajadores han tomado la fábrica porque es la única forma de presionar a una resolución que haga justicia frente a la destrucción financiera de la empresa producida por las maniobras encabezadas por Ardiles. Increíblemente la justicia no se promnuncia sobre sus antecedentes y su capacidad ética y jurídica para hacer cargo de la empresa. Véase al respecto el muy buen seguimiento del conflico en el períodico Hoy Día Córdoba.
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